8.10.05

Estrellas

La otra nochecita, aprovechando que no hacía tanto frío estuvimos en nuestro pequeño jardín jugando en familia, acompañados por una niñita invitada y su mamá.Y disfruté muchísimo con el asombro de mi hijo al contemplar las estrellas. Las distinguía de las luces de una antena que se ve de casa y de los aviones que pasaron en ese momento.Las señalaba exclamando y sonriendo, no podía dejar de mirarlas. Por supuesto, como es su habitual actividad nocturna buscaba la luna, que él llama "CACU", que no se dejaba ver.Pasó un largo rato extasiado ante el cielo nocturno.Me da pena que se vean tan pocas estrellas a causa de las luces artificiales que pueblan la ciudad. Como el lugar donde vivimos todavía no tiene tanta iluminación, tenemos el privilegio de poder verlas todavía. Una de las tantas cosas maravillosas que mi hijo me enseña es a mantenerme en estado de asombro, a conservar el maravilloso gusto por lo simple y lo que siempre está ahí: esperando para ser buscado, contemplado, admirado, conocido, amado.

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