30.5.05

Parto

Comparto una descripción del "Trabajo de Parto", que encontré en Internet, (en pampers.com) lo resumí y adapté un poco. Está bastante buena y completa.
Para las mamás que están por dar a luz.

Etapas del trabajo de parto

A pesar de que los libros sobre embarazo y las clases de preparación para el parto dividen, claramente, en tres las etapas del trabajo de parto, la experiencia de cada mujer es diferente. Aunque en el caso de las mamás primerizas, el trabajo de parto y el alumbramiento alcanza en promedio las 14 horas, en muchas mujeres se extiende por más de 20 horas. Para unas pocas afortunadas, este proceso es mucho más corto. Los partos subsiguientes tardan, en promedio, 8 horas.

Fase inicial/primera etapa

La primera etapa del trabajo de parto se caracteriza por la dilatación del cérvix, hasta alcanzar los 10 centímetros y consta de tres fases: inicial, activa y de transición.

-Lo que sucede: Durante la fase inicial, o período de latencia, el cérvix se prepara para el parto y se dilata hasta alcanzar los 5 centímetros. Posiblemente, podrás efectuar labores menores, ver un video, darte un baño tibio o, incluso, dormir una siesta.
-Duración: Esta fase puede durar entre 12 y 14 horas, aunque generalmente es bastante más breve en mujeres con dos o más partos.
-Lo que se siente: Por lo general, estas contracciones son constantes e intensas y mucho más dolorosas que las contracciones de Braxton Hicks. En ocasiones, las contracciones del período latente pueden ser bastante dolorosas y, aún así, progresar con lentitud. Si esto sucede, no te preocupes: cada mujer experimenta el trabajo de parto a su propio ritmo. Incluso, es posible que algunas mujeres no sientan estas primeras contracciones y pasen, directamente, a la fase activa.

Fase activa/primera etapa

-Lo que sucede: Durante la fase activa, las contracciones serán de una intensidad y frecuencia tales que tu obstetra te pedirá que te vayas al hospital. En este momento, el cuello uterino comienza a dilatarse y a adelgazar más rápidamente hasta llegar a los 8 centímetros. Las contracciones son más frecuentes (cada tres o cuatro minutos, con una duración de 40 a 60 segundos) y su intensidad mucho mayor.
-Duración: Esta fase puede durar algunos minutos o extenderse hasta 6 horas, pese a que la duración puede variar mucho. Si todavía no rompiste la bolsa, tu mèdico lo harà durante esta fase.
-Lo que se siente: Las técnicas de respiración y relajación son esenciales para el trabajo de parto. Si vos querés podrás cambiar de posición y caminar por la habitación; la gravedad facilita el trabajo de parto.
Este es un buen momento para darse una ducha si tenés acceso a una bañera. El agua tibia, realmente, puede ayudar a calmar el dolor. Es común que una mujer se sumerja en una bañera cuando su cuello tiene una dilatación de 5 ó 6 centímetros, se relaje y se dilate completamente una hora después.

Transición/primera etapa


-Lo que sucede: Durante la fase de transición, el cérvix se dilata de 8 a 10 centímetros, a una velocidad promedio de un centímetro cada 15 minutos. Las contracciones duran entre un minuto y un minuto y medio y ocurren con intervalos de dos a tres minutos.
-Duración: Afortunadamente, esta etapa es mucho más rápida que las dos primeras: entre 15 minutos y dos horas.
-Lo que se siente: Sentirás mucha más presión. Si optaste por el parto natural, esta será la fase más importante del trabajo de parto. Las contracciones serán más fuertes y constantes.

Segunda etapa

Cuando el cérvix se ha dilatado 10 centímetros, comienza la segunda etapa: el parto.

-Lo que sucede: El bebé nace mientras vos pujás para que atraviese el cuello ya dilatado y el canal vaginal, una experiencia embriagadora. Sentirás las contracciones y, a menudo, un deseo involuntario de pujar. A algunas mujeres que se les administró la anestesia epidural se les debe indicar cuándo deben pujar. En estos momentos, tu partera , para el trabajo de parto, cumple un papel fundamental.
-Duración: Esta etapa se puede prolongar desde algunos minutos (en el caso de mujeres multíparas) hasta más de tres horas y se caracteriza por contracciones que ocurren cada dos a cinco minutos y que duran entre 60 y 90 segundos.
Lo que se siente es una necesidad imperiosa de pujar. Tu partera u obstetra te guiará durante este período y te dirán cuándo pujar y cuándo parar. Sentirás una gama de sensaciones increíblemente intensas, como escalofríos y náuseas, pero también un gran alivio al saber que ya está cerca el momento en que te encuentres con tu querido bebé.

Tercera etapa

-Lo que sucede: En la tercera etapa, expulsás la placenta. Después del nacimiento del bebé, las contracciones se reanudan luego de algunos minutos y ocurren cada cinco minutos, pero con una intensidad mucho menor. Estas hacen que la placenta se desprenda del útero, lo que permite su expulsión y la de las membranas que la rodean. El obstetra o la partera examinan la placenta para verificar que esté intacta. Además, comprueban que el útero se contraiga de forma apropiada, para detener el sangrado del lugar donde estaba adherida la placenta.
-Duración: El alumbramiento de la placenta puede durar entre 5 y 30 minutos. Durante la hora siguiente o mientras se espera el alumbramiento de la placenta, el obstetra o la partera te examinarán y, de ser necesario, te darán puntos para suturar los desgarros o una episiotomía.


29.5.05

Caminando por el barrio

Esto lo escribí en el mes de febrero, para tener el recuerdo vivo de estas experiencias únicas y novedosas...

Hoy hicimos algo nuevo y lindo. Salimos, por primera vez a dar una vuelta con mi hijito, sin el cochecito. El hace unas semanas dió sus primeros pasitos, y hasta ahora nunca me había animado, el paseo iba a ser corto...asi que nos largamos. Francisquito iba fascinado. Decidí no orientarlo para una dirección determinada, sino ir para donde él espontáneamente fuera dirigiéndose. Después de cruzar la avenida sobre la que vivimos, miró para la calle trasversal, y para adelante, y decidió ir en esa dirección. Empezó a caminar, y noté que cuando encontraba un desnivel en el terreno, se tiraba a gatear. Cuando lo notaba cansado lo llevaba a upa y cuando me cansaba yo le proponía seguir pateando. En su camino, se cruzó con varios vecinos desconocidos en los que no encontró mucha respuesta a sus sonrisas. Pensé, el público de esta hora del día no es tan amistoso, como las viejitas mandaderas de la mañana.

Luego de una cuadrita y media de upa, decidí bajarlo, justo en la puerta de un jardín maternal que hay cerca de casa, esos lugares que me resultan tan difíciles de digerir, que tienen más de jardín (porque los chicos son tratados como plantas: se los riega (lava), se los pone al sol y se los saca a tomar aire) que de maternal (en fin).

En la puerta había una nenita ("toda producida": moño, vestido, sandalitas de marca y muñequita primorosa), de la mano de su mamá, que mi hijo saludó con toda su simpatía. Esta vez tampoco recibió respuesta.Por fin, llegamos a la plaza: que encontró a Francisco maravillado, y suspirando con sus ojitos y su boca abiertísimos. Pipí!!! Exclamó. En la plaza hay muchos pajaritos y palomas y a él le encantan.Como premio nos encontramos con un grupo de 4 amistosos hermanitos (estos solos y sin producción, dos nenas y dos varones: ellos se turnaban para dar vueltas a la plaza en una única bici, en una carrera que se había armado con otros pibes) Y las nenas que nos saludaron casi instantaneamente, nos advirtieron de los peligros de los pequeños ciclistas que venían a velocidades inusitadas, y nos compartieron su pequeño gran tesoro. Que la naturaleza, a falta de juguetes comprados, les regala a los chicos que andan solitos por la calle.

Al cambio de turno de bici, se sumó el hermano mayor a la reunión y les dijo a sus hermanas: Muéstrenle el "pipí". Para esto las nenitas ya me habían preguntado cuantos años tiene, me dijeron: - que lindo es! y le jugaban simpáticas, para regocijo de mi sociable hijito. Alternado con comentarios adultos, como: -"Estos chicos pasan y no piden permiso".Le mostraron un pajarito herido que habían encontrado y que tenían en una cálida cajita de cartón, y que cuidaban como eximias enfermeras. Y le recomendaban a Francisco: "-Tocalo, si querés, pero no en el pico, te puede picar, ves?". El por su parte, no sabía si mirar el pajarito o a los amigables chicos. Ambos lo alegraban y atraían por igual. Pensé que no podría irme más de la plaza, al menos hasta que chicos y pajarito se vayan. Un perrito vecino me tiro una mano (una pata) y atraído por su ladrido, ladrando él también...siguió viaje el flamante caminante.

Seguimos un poquito a upa y en la cuadra siguiente, otro tesoro esperaba a mi hijo. Un montón de hojas de roble, hermosas, que cubrían las rústicas baldosas. Las soplaba, las miraba admirado, las tomaba y tiraba, las palpaba, y...las comía.

Pasó una señora vestida de oficina, caminando apurada, tal vez para llegar a su casa, y encontrarse con sus hijos: y nos miró. Para esto, yo me había instalado en el piso de la vereda, confieso, algo cansada porque la exploración de las hojitas duró un buen rato. Y pensé: -que suerte no estar apurada.

El recorrido siguió a upa un poquito más. Y llegamos a la casa de la y el "Abu". Casi sin darnos cuenta. Fueron unas de las 6 cuadras más lindas que caminé en los últimos años!!Gracias, hijito, por hacerme descubrir tesoros en los caminos más comunes!!

26.5.05

Garabatos con secretos

Comparto una poesía preciosa de mi admirado Don Miguel de Unamuno, una de las muchas que tiene sobre niños, esta sobre los garabatos infantiles.

INCIDENTE DOMÉSTICO

"Traza la niña toscos garrapatos,
de escritura remedo,
me los presenta y dice
con un mohín de inteligente gesto:
"¿Qué dice aquí, papá?"
Miro unas líneas que parecen versos.
"¿Aquí ?" "Si, aquí; lo he escrito yo;
¿qué dice?porque yo no sé leerlo..."
"¡Aquí no dice nada!",
le contesté al momento.

"¿Nada ?", y se queda un rato pensativa
-o así me lo parece, por lo menos,
pues ¿está en los demás o está en nosotros
eso a que damos en llamar talento?-.

Luego, reflexionando, me decía:
¿Hice bien revelándole el secreto?
-no el suyo ni el de aquellas toscas líneas,
el mío, por supuesto-.

¿Sé yo si alguna musa misteriosa,
un subterráneo genio,
un espíritu errante que a la espera
para encarnar está de humano cuerpo,
no le dictó esas líneas
de enigmáticos versos?

¿Sé yo si son la gráfica envoltura
de un idioma de siglos venideros?
¿Sé yo si dicen algo?
¿He vivido yo acaso de ellas dentro?
No dicen más los árboles, las nubes,
los pájaros, los ríos, los luceros ...
¡No dicen más y nos lo dicen todo!
¿Quién sabe de secretos?"

Miguel de Unamuno

Hace un tiempo que Francisco, mi hijito, comenzó a hacer garabatitos y a mi me da mucha intriga saber que expresan. Él ya adelanta algunas cosas, poniéndo aleatoriamente distintos nombres a un mismo trazo...¡¡Es cuestión de estar atentos!!
Por eso me gustó tanto esta poesía que habla del enigma de ese lenguaje críptico de los garabatos infantiles.

Amamantar

Ya en trance de destetar (aunque todavía, creo tenemos para algunos meses más) quiero compartir lo que significa para mi esta maravillosa tarea de la crianza. Alimentar con la leche que yo misma produzco, transmitir por ella nutrientes, defensas y sobre todo, comunicarnos nuestro cariño y brindarle a mi hijito confortación y protección.

Desde que quedé embarazada el amamantar era un deseo y una expectativa especial. Sabía, desde la teoría psicológica lo bueno que puede ser para la salud de mi hijito. Como manifestación de apego afectivo, como integración del objeto de amor y de satisfacción, etc.

Cuando Francisco tenía 4 meses en la panza, Juan, mi esposo, me regaló un libro para mi cumple, llamado: "El arte de amamantar a su hijo", del Dr. Carlos Beccar Varela. Mi obstetra es sobrino de este notable pediatra. Más tarde nos enteramos, que atendía en su consultorio particular...enfrente de casa. Así, con Francisco, todavía en la panza, fuimos a conocerlo.

Una fantasía, que después no fue tal, sino una intuición...que tendría dificultades para amamantar, me hizo concurrir, desde el embarazo a un Grupo de apoyo a la lactancia materna, "Amamarte",en donde aprendí muchísimo. (Si tienen gente conocida embarazada y tiene intención de amamantar, o dificultades no duden en acudir a uno, ayuda mucho.)

Efectivamente, tuvimos dificultades. El nacimiento de Francisco fue maravilloso, por parto natural, sin intervenciones innecesarias y rodeado de mucho respeto.

Pero la clínica, elegida a último momento por problemas de la prepaga, no era muy respetuosa de la lactancia materna, y cuando pasó un día, sin que Francisco se prendiera al pecho, nosotros sabíamos que esto no quería decir nada, que los chicos nacen con reservas. (Además es, gracias a Dios, muy sano y tenía un buen peso: 3,350, que para una madre chiquita-no de edad, sino de talla- como yo, era bastante) se pusieron medio cargosos: que la glucosa del cerebro, que conviene darle algo, que conviene hacer análisis, etc.

Nos negamos a todo, ayudados por el pediatra de Francisco. (El Dr. autor del libro) Y la lucha hacia afuera, nos hizo distraer de la dificultad real que había. Ya en casa, Francisco había perdido más peso del esperado, hubo que reforzar su alimentación, hasta que aprendiera a prenderse bien, y yo a darle. Me extraía la leche con un sacaleche y se la dábamos, cada dos horas las 24 hs., nos turnabamos Juan y yo. Mientras aprendía a tomar por él mismo.

Fueron días difíciles...pero apoyándonos mutuamente, y recibiendo apoyo de la familia y de la gente del grupo, del médico...salimos adelante.

Además Francisco resultó un bebé con un crecimiento rápido, de talla más bien grande. (Salió al padre) Tanto que para no sentir hambre, el primer mes pedía mamar cada dos horas, y tomaba media hora de cada pecho. Resultado: una hora parada, una hora con él a upa, tomando la teta. Fue muy reparatorio para mi y para él.

Es muy misterioso y admirable esto de la lactancia materna, porque como sabrán, la producción láctea se regula de acuerdo a la demanda. Así mamá y bebé se sincronizan de acuerdo con la necesidad de alimento y de succión del chiquito. Como la leche se acumula, pero también se produce en el momento de la mamada, siempre hay leche. Siempre.

Para saciar la sed, la primera leche, para engordar y nutrir la segunda. Además de todos los beneficios emocionales que tiene este hábito, que implica mucho contacto, mucho sostén, mucha atención, tan necesaria para todo ser humano en sus primeros tiempos en este mundo...y siempre.

25.5.05

De regreso

Después de haber perdido la dirección de este blog por más de 6 meses, la he recuperado. Espero perseverar. Y compartir aquí información, vivencias, brindar apoyo y comunicar la alegría de estar criando.