27.9.10

Pocas palabras, mucho movimiento

En éstos dias no tengo tiempo de sentarme a escribir, tampoco mucha inspiración, para ser sincera. Venimos tomados por el movimiento y la actividad, con muchos cambios programados-paso a paso vamos acondicionando nuestra casita y habitando los nuevos espacios-.
Además tuvimos entremanos las inscripciones escolares de los chicos para el próximo año, que nos llevaron especial atención ya que iniciarán en un nuevo colegio, F. para seguir su escolaridad y G. para iniciarla, en jardín, en sala de 3 años.
Llegamos a las 28 semanas de embarazo y cada vez vemos más cercano el encuentro con nuestra bebita Josefina.
Empiezo a pensar donde guardaré su ropita, como acondicionar las que tenemos y que necesitaremos tener listo para su llegada.
Como les conté antes, estamos planificando que nazca en casa, y soñamos el momento serenos y exultantes a la vez.
Yo me siento muy bien, con mucha energía. La bebita está muy presente, es muy activa y responde a nuestros contactos y diálogos, tanto de su papá y mío, como de sus hermanos; muy avidamente.
Especialmente G. la incluye en todas las actividades y la imagina participando en juegos y paseos. Le ofrece juguetes, le hace sonar musiquitas y sonajeros. La abraza, panza mediante, y la llena de besos.
Hace unos dias me decía: "Ya quiere salir la bebita, mamá. Quiere tomar tetita".
A los días, gotitas de calostro salieron de mis pechos y me fueron confirmadas las observaciones de mi hija. Falta todavía para que nazca, pero si...efectivamente quiere tomar tetita...
F. está más grande, y se reserva los arrebatos de ternura con su hermanita para la intimidad. Todos estamos haciendo el festivo movimiento de hacerle lugar a Josefina y eso llena de alegría y esperanzas nuestra cotidianeidad.

Gracias a Dios todo marcha muy bien, y no tenemos más que agradecer, a cada suspiro, todos los regalos que la vida nos da.

7.9.10

Jinete y bailarina

Así es mi nenita G., y lo manifiesta con sus pedidos de juguetes caseros:
Un caballito de palo, y una "Angelina Ballerina."


5.9.10

Día a Dia

Llegamos a la semana 25 de embarazo y viene todo muy bien, gracias a Dios. La panza crece. La chiquita está muy vital y presente, con movimientos y golpecitos a toda hora. También se hace cada vez más presente por las evocaciones de sus hermanos y de nosotros, sus papás.
Estamos planificando que nazca en casa, con una partera, que ya estoy conociendo y sintiéndome muy en confianza.
Estamos haciendo cositas para preparar nuestro hogar para recibirla, ya que desde que terminamos de pintar la parte nueva de nuestra casa, hace un par de meses, sólo estamos utilizando mi consultorio. Hay mucho por hacer y sobre todo, dinero que invertir, pero de a poquito va queriendo...
Este embarazo lo estamos viviendo con serena alegría, esperando el momento del gran encuentro con ella con emoción, íntima y familiar.
Hasta aquí un brevísimo reporte de como va nuestro día a día a la espera de Josefina.

4.9.10

La doula

Texto escrito por Andrea Boada - Doula

"Fueron los griegos que le adjudicaron el nombre de Doula a esta compañía, a esta mujer al servicio de otra mujer, para ayudarle en este arduo proceso de parir y criar. Se decía que la mujer que cumplía ese rol se instalaba en la casa de la nueva familia y ayudaba en todo lo necesario (tareas domésticas, otros hijos inclusive) para que la reciente madre pudiera avocarse al cuidado del recién nacido. Además ayudaba con la lactancia o con las complicaciones que pudieran surgir en la primera fase de la crianza.
Hay muchas versiones sobre la función específica de La Doula, pero todas coincidieron en que se trataba de brindar a la mujer embarazada, a la pareja y al futuro bebé un entorno agradable, cariño, amor, contención y respeto.
Las doulas son mujeres, en su mayoría madres, pero no necesariamente, que acompañan a otras mujeres durante el camino a la maternidad. Su labor fundamental es dar soporte, tanto físico como emocional, durante el trabajo de parto, el parto y el puerperio.
La Doula estimula a que la futura mamá sea la verdadera protagonista del parto.
Su valor no está tanto en la instrucción sino en su forma de ser. No sustituye ni a la partera ni al médico, no toma decisiones que no le corresponden.
Su presencia siempre es tranquilizadora.
Conocedora del proceso fisiológico del parto, y según las necesidades de la madre, le da un masaje, acompaña en las respiraciones, acuna, limpia el sudor, prepara una infusión de hierbas, da consejos al padre de cómo acompañar; ofrece hidratación, comida, una caminata; sugiere un baño de inmersión caliente, una ducha, etc. Puede recomendar diferentes posiciones o movimientos que facilitan el descenso del bebé y potencian la eficacia de las contracciones.
También funciona como “escenográfa” del acontecimiento: reduce la intensidad de la luz, pone música suave, prende un sahumerio, etc (son ejemplos) y crea una atmósfera, relajante en la que la mujer pueda sentirse a gusto y en intimidad para darse permiso de la apertura -a todo nivel- que implica parir.
Además, las mujeres que cuentan con esta compañía, están más capacitadas para criar y ocuparse de su recién nacido. Las mujeres se sienten más activas, más participativas, más protagonistas de su parto, y esto eleva su autoestima y su capacidad de maternar y amamantar con más confianza.
Todas las especies tenemos un período sensible para que nazca el maternaje de manera instintiva, se llama “preocupación maternal primaria”, que sólo es posible cuando hay un “ambiente facilitador”. La Doula provee este “ambiente facilitador”.
Para resumir: la misión de la doula es dar acompañamiento emocional (no médico) a las mujeres y favorecer el respeto hacia la fisiología del embarazo, el parto, el nacimiento, como de la crianza en general. También tiene como función ser el contrapeso de la visión patológica e intervencionista de los tres procesos antes mencionados.
La doula debe contribuir y optimizar las condiciones para que un parto sea los más corto y menos estresante posible para la díada. Ellas son: un ambiente de intimidad, donde la madre se sienta segura pero no observada; el respeto por sus tiempos; calor; luz tenue; silencio; y dejar actuar al cerebro primitivo repleto de instintos y desinhibiciones. Dejando a esta madre convertirse en una mamífera plena y con todo el poder de la naturaleza en sus manos. Lejos, bien lejos de su neocortex, y en viaje a dentro de sí misma.
Claro que ésto es un poco difícil de lograr en un ambiente hospitalario, pero por eso, lo más pequeño que la doula pueda hacer y brindar en esos territorios extranjeros, será mucho para la madre. (Un contacto precoz con ella podría ser fundamental para que su experiencia pueda ser otra).
Como dice M. Odent: “es importante cuidar y proteger el estado emocional de las mujeres embarazadas, puesto que ellas están gestando las generaciones futuras, y de su bienestar y equilibrio emocional, depende la salud física y emocional de esas criaturas por nacer.”
Por eso decimos que es hora de hacer eco de la importancia de las doulas, como una ayuda inestimable en los procesos inherentes a la maternidad, sobre los que se sustentarán nuestras sociedades futuras".

3.9.10

Una de G

Hoy mi hijita G. cumple dos años y medio y cada día está más simpática y ocurrente.

Hace un par de días se acercó y me dijo-de la nada-:

-"Mamá: La X no es una letra"
- Ah, no? le contesto yo, medio distraída...
-"No. La X es lo que usan los piratas para marcar donde esconden el tesoro."