Finalmente, ayer fue el cumple de mi hijito.
Comenzamos el día temprano-lo despertamos para saludarlo y darle los regalitos porque su papá se tenía que ir a trabajar y quería saludarlo-. Le compramos varitas (es una especie de factura o masa de grasa, en forma de palito largo, que venden en una panadería cercana, y que le encantan a F.) para el desayuno y le entregamos sus obsequios de cumple que recibió agradecido y contento.
Le regalamos un juego de bolos (que él mismo vió y pidió) y un juego de playmobil de la granja, con animalitos y todo. También un autito de esos de colección que eligió el papá para él.
Los abrió en la cama, medio dormidito, con los pelitos revueltos, lleno de asombro y hasta algo emocionado. Antes que mi esposo se fuera, jugaron con los bolos.
La mañana transcurrió entre preparativos y juego. No dejó el juego de granja ni un minuto.
Salimos a hacer un par de compritas, y luego almorzamos.
La tarde se gastó entre preparativos y la espera de la abuela.
Nos cambiamos, y al rato comenzaron a llegar los invitados, todos juntos, a pesar de que habían sido citados los niños dos horas antes que los adultos. Los adultos se adelantaron y los niños se demoraron.
Esto sumado a una serie de complicaciones que sería largo y aburrido explicar, hizo que la cosa se desarrollara bastante poco relajada.
De todos modos, a pesar de que a mi no me gustó como salió todo, mi hijito estaba contento. Y mucho. Disfrutó de la compañía de su amiguita Nicole-la hijita de Vale-, y cuando se apaciguó, también de su primo, que insistía en romper y revolear todo cuanto encontraba. (Cosa que colaboró mucho en que yo perdiera bastante la paciencia)
A esto se sumó un viento que "arrastró" a las señoras mayores de la familia al interior de la casa, dejó la fiestita por la mitad, en el sentido espacial de la palabra. Los chicos y los hombres afuera, las señoras-que eran varias-adentro.
Los rompecabezas, las caretas y disfraces y los títeres fueron las actividades y también los souvenirs para los invitaditos. Los primeros los disfrutaron bastante, pero luego, en medio de la propuesta de los disfraces irrumpió la parentela y ahi quedaron. Los títeres vinieron en un momento de calma que se disfrutó un poquito más.
Luego mi nene sopló las velitas, en una de las dos tortas preparadas para la ocasión. Un tren con vagones de budín y arrollado, colmados de golosinas, realizado por la abuela paterna. La otra, la del gallo pinto, la cortamos con los parientes.
Me olvidé de muchísimas cosas, en medio de todo el lío. De entregar globos, de ofrecer torta a los padres presentes, de servir el postre. Y varias cosas más. En fin.
No salió como lo planeamos, pero F. estaba contento y agradecido. Lo hicimos con cariño y él lo sabe. Eso es lo que vale, ¿no?
(Releo lo escrito y percibo que es tedioso y largo-sepan disculpar-me desahogué un poco. Gracias, chicas!)
3 comentarios:
Fue muy lindo compartir este dia con ustedes! Y el cumple estuvo barbaro. Gracias, la pasamos re bien.
Cariños!
desde lejos nos acordamos todo el tiempo del cumple de Francisco. Y bueno, lo importante es que él estuvo muy contento con el festejo, yo sé que las mamás a veces nos exigimos mucho y las cosas no salen taaaan bien como uno espera.
No habia leido este post cuando puse ojala lo hayanpasado genial! lo buenisimo es que F lo paso muy bien, y respecto de tu relato me encanta que te desahogues y ademas sirve de experiencia para el resto, yo estoy con tantas dudas respecto del cumple de J. que me acabo de decidir que un dia se lo hago para los grandes... y en otro dia para los amigos que tienen bebus, asi ellos juegan de lo lindo sin tanto grande hinchando por ahi!
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