Palabras de estos días

Ayer mi hijito dijo dos cosas que me hicieron sonreir.

Resulta que mientras él chapaleaba en su pile, yo me senté en una reposerita a su lado y comencé a hacer diferentes actividades entre las que se cuentan arreglarme las uñitas, me estaba quitando el esmalte, para lo cual utilizo un bellón de algodón. Francisco me mira sonriendo, como quien va a soltar un chiste y me dice: -¿caca? (Yo utilizo un algodón para limpiarle su colita cuando él la hace. El algodón le evocó el momento.) Yo le contesté en serio: -"no, es mismo algodón, pero lo uso para sacarme el esmalte de las uñas". Pero él lo había dicho en broma. Y repetía "no, caca", sonriendo.

El lunes visitamos a una amiga mia que tiene un perrito cachorro. Francisco oscilaba entre la fascinación y el miedo. Como el perro se le venía encima y a él mucho no le entusiasmaba la idea, mi amiga le decía-quieto-y el cachorro obedecía. A mi hijo le encantó la palabra y se la pasó repitiéndola desde entonces. Ayer yo le estaba limpiando sus orejitas, cosa que no le gusta para nada. Un poquito y me sacaba corriéndome con la mano. Yo volvía a insistir. Hasta que me dijo con una firmeza y decisión que le valió mi obediencia: "¡Quieto!"