11.12.05

Posiciones encontradas

Ayer y anteayer tuvimos dos casamientos, de noche, y como es nuestra costumbre, Francisco vino con nosotros. En el del viernes, durmió como un oso ivernando, hasta las 4 de la madrugada. Juan y yo nos quedamos sin bailar porque no queríamos dejarlo solo en el cochecito. Y no nos interesaba bailar con otro u otra.

Ayer, en cambio, después de una siesta kilométrica estaba fresquito como una lechuga y disfrutó de la fiesta más que nosotros. Fascinado con las luces de la pista, de colores, con música-que le encanta-, con un par de nenes para jugar. Estuvo re-bien. La única dificultad es que este lugar estaba separado por una puerta del recinto donde se comía, con lo cual por turnos padre y madre, aunque más el padre, porque los zapatos me mataron, íbamos a estar con él.

En nuestra mesa, había una pareja que también llevó a su hijita, más pequeña que Francisco. (Lo cual nos alentó en lo que ahora les voy a contar.)
Pero había otra pareja que tiene una nena que la había dejado con los abuelos. Yo me sentía un poco rara por los comentarios.

En realidad no hubo ocasión para confrontar, no tuvimos que decir que si se despierta lo traemos a nuestro cuarto, que no le damos chupete, que todavía se amamanta, que nos gusta llevarlo con nosotros cuando salimos, que si llora de noche, lo consolamos.

Más cuando esta gente, la dejó a la hija desde el jueves, para poder descansar.

No los juzgo, cada uno hace lo que quiere, y lo que puede.

Pero hablaban con un orgullo de la nena que dormía desde el primer día 10 horas corridas.
Ante la pregunta de un soltero de la mesa: ¿10 horas seguidas?
El padre respondió: -Bueno, en realidad si se despertaba, le poníamos el chupete y si seguía llorando nos íbamos, así que se dormía.

En fin...no era tan así, digamos.

Más allá de las posiciones contrapuestas referentes a la crianza, lo que más me chocó fue la pose de superados. De tener todo bajo control. Tal vez lo tienen, no lo sé.

Ya en casa, charlamos con mi esposo de lo que ocurrió. Y nos dijimos mutuamente cosas lindas acerca de como somos papá y mamá de Francisco, respectivamente.
Nosotros no sentimos que hacemos todo bien, la vamos construyendo sobre la marcha. Siempre hay cosas por mejorar, somos humanos y como tales nos equivocamos. No estamos seguros de todo lo que hacemos, aunque el corazón nos canta que vamos encaminados. La sonrisa de nuestro hijo nos da un guiño.

6 comentarios:

pao dijo...

hola ...que lindo ir de bodas!!!
leí atentamente tu post,y creo que tenés razón en el sentido que cada uno hace lo que cree mejor para sus hijos.

yo no dejaria a mi hijo llorando o le pondria un chupete para que no me moleste, No, soy de la idea de que lo mejor que puedo darles a mis hijos es amor y comprensión.

pero si creo que dejar una noche al niño con sus abuelos, no es ninguna tragedia ni mucho menos.

es mi opinión, un saludito.

m dijo...

Si, comparto, Pao. De hecho, nosotros cada tanto salimos solos. Pero lo del casamiento tiene que ver con introducirlo en nuestra socialidad, en no excluirlo de nuestras amistades. Darle participación.
Pero en realidad mi comentario fue más acentuado porque esta gente había dejado a la nena desde dos días antes, sólo para "descansar". Y eso me parece un poco exagerado.

pao dijo...

ah vale mariana, no había entendido eso que la habían dejado dos días antes!!!
Ahora se me ocurre una cosa, yo no se que clase de padres son aquellos que necesitan 2 días para descansar de sus hijos, no soy quien para juzgar a nadie pero tengo libertad para opinar y estoy totalmente en desacuerdo con ese tipo de actuaciones, nunca se me ocurria dejar a mis hijos por dos días porque me da la gana.
Yo no necesito descansar de mis hijos, creo que nunca necesitare eso.
Si necesito tener intimidad y un poco de tranquilidad de vez en cuando con mi marido, pero no es que necesite descansar de mis peques, al contrario, cuando esto pasa me cuesta muchisimo desconectar y no dejar de pensar en que estaran haciendo o si estaran bien.
saluditos

m dijo...

Es una cuestión de apego...

malglam dijo...

Cada uno hace lo que cree mejor, pero yo desde luego estoy de acuerdo contigo.

A mí me gusta incluir a mi hijo en mi vida, que comparta todo. Las penas y las alegrías. No me gusta que llore en la cuna sin ateción, ni dejarlo con nadie si no es absolutamente necesario. Tener un hijo es una experiencia maravillosa que hay que disfrutar cada segundo. La vida pasa muy deprisa.

Sabrina dijo...

Creo que a algunos nos pasa que nos enamoramos de nuestros hijos.... A mi me pasa igual que a vos... con los dos.. pero con algunas cosas como comenzar el jardín para Nayla o el destete con Joaquin me mostraron que es bueno también para ellos, para ir conformando su personalidad de manera segura también, que nosotros podamos darle algún espacio chiquito o grande que les muestre que ellos pueden hacer cosas sin mamá...

Yo recien hace poco sali con mi marido por primera vez solos desde que somos papas a cenar por nuestro aniversario... y no pude estar mas de 3 horas lejos de mis nenes.. por eso te entiendo...

Pero también disfruto de ver como Nayla después de una adaptación con muchos días de llanto, va contentísima al jardín y se siente fuerte ante sus compañeritos, disfruta se ríe, juega, aprende, crece, y es feliz cuando la voy a buscar, pero también se siente contenta cuando la dejo en el jardín, porque ya se dió cuenta que ella puede valerse por si misma..

Un beso y gracias por todos tus post. Son muy interesantes.

Un beso

Sabry