Hay días en que me gustaría ser artista. Artista plástica para ser más exacta.
Y modelar con mis manos una imponente escultura que muestre al mundo las maravillas que mis ojos y mis manos tuvieron ocasión de percibir.
Hacer mezclas de colores y texturas y plasmar en una tela lo que mis sentidos captaron y quiero atesorar a través del tiempo.
Y hacer comunicable esa tan profunda experiencia que me tocó vivir.
Acompañé un nuevo parto-nacimiento.
Y renuevo mi alegría por haber elegido esta vocación dentro de mi profesión.
1 comentario:
Debe ser una experiencia increíble acompañar a una mujer en el momento más importante de su vida y ver nacer a un nuevo ser. Ojalá fueras artista, aunque con tus palabras ya lo describes muy bien.
Un beso
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