El martes por la madrugada acompañé en su parto a una paciente.
Un parto voluptuoso y arrollador como ella.
Un parto fácil, natural, intenso y feliz.
Dejó que todo pasara y pasó de maravilla.
Dejó que todo fluyera y fluyó para su bien.
Se sumergió en aguas profundas y oscuras y emergió con la mirada alta y los brazos llenos.
Nació su amado hijito y todo tiene otro color.
Los miedos, las dudas, las preocupaciones y ambivalencias sobre si misma, han dado un paso al costado.
Hoy su destino tiene otro nombre y su proyecto es renovado y esperanzador.
Es más mujer, es más plena.
Es madre!!!!!!!
Y yo fui la honrada testigo de esta transformación en su vida, que se gestó nueve meses en su vientre, se vio plasmado en este parto y nacimiento, y tiene un venturoso futuro de amor y crecimiento por delante.
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