Pobre, está caidita...mimosa, muy mimosa.
31.5.11
Sueño lindo
Guadalupe está enfermita, con rinitis y conjuntivitis...anoche se despertó soñando: "Tenía algo lindo en la mano que me había dado papá", pensé que se refería a algo que le había dado antes de irse a dormir, pero no. Ella me dice:"en el sueño papá me había dado algo lindo...era un sueño lindo", y volvió a dormirse sonriente...
Pobre, está caidita...mimosa, muy mimosa.
En la foto está con un pancito que amasó en el taller de panadería del jardín.
Pobre, está caidita...mimosa, muy mimosa.
17.5.11
Madre de tres
A muchos que me preguntan como soy madre de tres sin ayuda doméstica (lo cual no es del todo cierto, porque alguien viene a ayudarme a limpiar y planchar una vez a la semana) y sobre todo, sin hacer de mi casa un servicio militar, les contesto con inocencia. En general digo que lo disfruto, y que entonces no me resulta difícil. Que ser madre es lo que me ha hecho sentir realizada como persona y como mujer.
Pensaba que pocos pueden dudar que una madre quiere a sus hijos. Y eso no quita que le hacen perder tanto la paciencia, que llega a amargarse y no disfrutar de su condición. El amor no se cuestiona. Pero se necesita más que amor para criar con alegría a los hijos.
Intentando conceptualizar un poco más puedo enunciar tres actitudes que trato de practicar y me ayudan enormemente: Éstas son: el asombro, el humor y la esperanza. (como una forma a largo a plazo de la paciencia)
Asombro, para ver una y otra vez nuevas cosas en ellos, a medida que crecen y disfrutarlo.
Humor, para reirse de los errores propios y ajenos. Y así sea más fácil avanzar.
Esperanza, para confiar en que todo es para bien y se pondrá mejor.
Por ahora mis hijos y la vida me lo han hecho fácil, a pesar de las dificultades, no puedo más que estar agradecida por tanta felicidad hallada en la maternidad.
Pensaba que pocos pueden dudar que una madre quiere a sus hijos. Y eso no quita que le hacen perder tanto la paciencia, que llega a amargarse y no disfrutar de su condición. El amor no se cuestiona. Pero se necesita más que amor para criar con alegría a los hijos.
Intentando conceptualizar un poco más puedo enunciar tres actitudes que trato de practicar y me ayudan enormemente: Éstas son: el asombro, el humor y la esperanza. (como una forma a largo a plazo de la paciencia)
Asombro, para ver una y otra vez nuevas cosas en ellos, a medida que crecen y disfrutarlo.
Humor, para reirse de los errores propios y ajenos. Y así sea más fácil avanzar.
Esperanza, para confiar en que todo es para bien y se pondrá mejor.
Por ahora mis hijos y la vida me lo han hecho fácil, a pesar de las dificultades, no puedo más que estar agradecida por tanta felicidad hallada en la maternidad.
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